El 26 de marzo de 2025, el vato de Trump se aventó otra de sus bombitas: desde el 2 de abril, todos los autos que lleguen a los Estados Unidos van a tener que pagar un arancel del 25%. O sea, los países van a tener que aflojar la lana si quieren que sus coches lleguen a la tierra de las hamburguesas.

Este compa se paró en la Casa Blanca y dijo sin rodeos que van a cobrarles a los países por “hacer negocio con ellos” y por “llevarse nuestros trabajos”. ¡Así tal cual! Pero aclaró que los coches hechos allá no van a tener esa bronca del 25%. En resumen: si haces tu coche en Estados Unidos, no hay pedo, pero si no, prepárate para pagar.