Un terremoto brutal de magnitud 7,7 sacudió este viernes a Myanmar y no vino solo: reventó también partes de Tailandia, India y hasta el suroeste de China. El susto fue de aquellos, con edificios temblando como gelatina y el miedo pegado en la cara de miles.

Hasta ahora, se cuentan 3 muertos en Bangkok tras venirse abajo un rascacielos en construcción, y hay más de 80 trabajadores desaparecidos. El epicentro fue justo al norte de la ciudad birmana de Sagain, muy cerca de Mandalay. Las autoridades temen que la cifra de víctimas se dispare mientras siguen removiendo escombros.