El 21 de marzo, un Juez de Control de Chihuahua le puso el dedo a 30 ladrones que, por robar sin violencia en tienditas de la ciudad, ya están en el ojo del huracán. Los sorprendieron en pleno acto, y ahí quedaron, como si les hubiera caído un bulto de cemento encima. Pero, ¡sorpresa! En lugar de un buen “chicote”, les dieron una salida alterna, o sea, que se pueden dar un paseíto por seis meses sin tener que estar dando explicaciones en la cárcel, siempre y cuando no se les ocurra acercarse a los comercios donde metieron la mano.

 

El chisme es que, aunque los ladrones robaron y todo, como los objetos robados fueron devueltos a sus víctimas, el proceso fue más ligero que una mezcla de cemento mal hecha. Así que con todo y que los atraparon, los abogados hicieron la jugada, y en una sola audiencia los mandaron a esperar sin bronca por un rato. Eso sí, si pisan la zona de los robos, se les acaba la fiesta.