El lunes 14 de abril el Gobierno de México se dejó caer con todo el peso del Estado: en una jornada de operativos que parecían película de acción, les tumbaron a los narcos más de 129 millones de pesos entre droga, armas y combustible robado. En Chihuahua, un solitario detenido terminó con tres armas largas, coca, mota y hasta chalecos tácticos; mientras que en Sinaloa agarraron toneladas de hierba, opio y hasta un lanzagranadas.

La cosa estuvo pareja en todo el país: en Baja California pescaron a un tipo con nueve kilos de coca con destino a Estados Unidos; en Jalisco hallaron seis tomas clandestinas de huachicol y se recuperaron 54 mil litros de combustible. Y en Salamanca, Guanajuato, los dejaron sin tractocamiones, sin contenedores y hasta sin celulares. El crimen organizado no tuvo respiro: hubo operativos en 13 estados, y ahora sí, mínimo por un día, durmieron con miedo.