Djibo, una ciudad atrapada por el fuego cruzado del yihadismo en Burkina Faso, vivió un infierno este domingo: decenas de personas fueron ejecutadas a sangre fría por grupos armados ligados a Al Qaeda, en ataques simultáneos que dejaron a la población entre balas y desesperación. Los atacantes llegaron como estampida, con motos y camionetas, rodearon la ciudad y se metieron hasta la cocina, atacando puestos militares, policías y barrios enteros.
Mientras las mujeres y niños se salvaron de milagro, los hombres fueron sacados y ejecutados frente a sus casas. Los disparos duraron horas, y aunque los yihadistas huyeron antes de que llegaran los soldados burkineses, dejaron una escena de horror. Las autoridades todavía no dan cifras oficiales, pero los testigos aseguran que la matazón fue de miedo.