El Palomar ya no será puro polvo bajo la techumbre. El Municipio se rifó con mil 300 metros cuadrados de pasto nuevecito tipo Kikuyo y hasta le puso sistema de riego automático pa’ que no se seque. La obra costó más de medio millón de pesos, pero dicen que con eso se arma un parque más chulo y fresco pa’ que la raza se relaje.
Eso sí, no seas gacho y no te metas a pisar el pasto nuevo nomás porque sí. Los del Mantenimiento Urbano andan al tiro cuidándolo. Dicen que quieren más espacios verdes bonitos pa’ la raza, pero si todos los pisan recién puestos, pues nomás no se puede.