Amanecieron las casillas listas, puestísimas y con todo el kit electoral… pero los votantes brillaron por su ausencia. En varios puntos de la ciudad, las urnas solas nomás esperando que alguien les echara un papelito, mientras la raza seguía bien abrazada a la almohada.

Ni la “elección histórica” ni los llamados a participar movieron a los más flojitos. Parece que muchos prefirieron soñar con jueces y magistrados en lugar de levantarse a elegirlos. A ver si más tarde se les quita lo remolones y le caen al deber cívico.