El INAH salió a ponerle un alto al chisme y juró que la visita de Mr. Beast a Calakmul, Chichén Itzá y Balamcanché fue con permisos legales, sin romper ninguna regla. Aseguran que todo se grabó en zonas permitidas, con vigilancia del instituto y que las escenas más locas —como bajar en helicóptero o dormir entre las ruinas— fueron puro show de edición.

También dejaron claro que la famosa máscara maya es una simple réplica y que no hubo vuelos de dron dentro de El Castillo. Aunque el video exagera, el INAH dice que este tipo de contenidos ayudan a que las nuevas generaciones se interesen en nuestra historia, siempre y cuando se les aclare qué es real y qué es puro cuento.