En el mundón de la política siempre hay sorpresas… pero esta sí nos dejó con la mandíbula en el piso: ¡Georgina Bujanda no quedó al frente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos! ¿Y por cuánto? ¡Por un voto! Quéeeeeee. Sip, señora bonita ahí en casita, un solo voto hizo la diferencia y lo más curioso: nadie de Morena se volteó, ni siquiera nuestro querido Judas, ese en quien siempre confiamos (sarcasmo incluido).

 

Así que por esta vez, ni traición hubo… pero sí una buena dosis de karma político. ¿Qué sigue? ¿Que caiga nieve en julio? ¿Que alguien del PRI diga la verdad? Uno nunca sabe.