Chihuahua, Chih.– ¡Se pasaron de lanza! Un criadero clandestino en la ciudad tenía a 30 perritos pitbull encerrados como si fueran costales de papas, entre su propia caca, sin agua, sin ventilación y bajo un calorón de más de 35 grados. Los pobres animales estaban ya bien jodidos, varios con llagas, otros desmayados y unos más embarazadas, echadas entre el mugrero.

Después de varias quejas y de que la poli nomás se hizo pato, los animalistas dijeron “¡hasta aquí!” y se metieron a lo macho, tiraron la puerta y sacaron a los lomitos cargando, todos bien madreadores por el golpe de calor. Y es que si no lo hacían ellos, ahí se les iban a morir. Ahora los 30 rescatados ya están siendo atendidos y buscarán darles una vida digna, lejos de ese infierno.