Reino Unido.— A seis meses del trágico fallecimiento de Liam Payne, exintegrante de One Direction, se destapó otro bombazo: el cantante no dejó testamento y su jugosa herencia de más de 28 millones de euros no podrá tocarse hasta que su hijo Bear cumpla la mayoría de edad. La ley inglesa es clara: sin testamento, el billete se queda atorado bajo custodia legal.

El dinero será manejado por su expareja Cheryl Tweedy y un abogado experto en la industria, Richard Bray, pero solo para cuidarlo, nada de repartirlo. Según los documentos, podrían meter toda la lana en un fideicomiso pa’l chamaco, mientras tanto solo pueden administrar, no gastar. Así que Bear, con solo ocho años, ya es millonario… pero sin poder comprarse ni una paleta hasta que crezca.