Chihuahua.– La regidora Rosy Carmona se metió hasta lo más recóndito de la ciudad y fue a parar a Granjas Ejidales, donde se armó una convivencia con los vecinos que le están echando ganas por su cuenta. El evento fue organizado por el pastor Cruz y doña Josefina, quienes juntaron a familias y chamacos para echarle fibra al tejido social que hace falta por allá.

 

Rosy no se guardó nada y dijo que en esos rumbos “casi nadie llega”, pero que ella sí fue a poner el cuerpo, aplaudió el trabajo de la hermana Rosy con la niñez rarámuri y dejó claro que estas acciones le dan más pila para seguir apoyando a quienes ya están haciendo comunidad sin depender del gobierno. ¡Y con razón! Ahí el olvido no es nuevo, pero la raza sigue de pie.