Lo que pintaba para un desalojo en el fraccionamiento Las Águilas se quedó en puro intento, porque el actuario que debía ejecutar la orden brilló por su ausencia. La Policía Municipal, que había desplegado a 30 agentes desarmadas para resguardar la zona, terminó levantando el campamento y retirándose del lugar.

 

El desalojo lo ordenó el Juzgado 8 de Distrito para recuperar una casa en la calle Virginia, pero sin el actuario, no hubo cómo seguir el procedimiento. La Comisión Estatal de Derechos Humanos estuvo presente, y la subdirectora jurídica de la Policía, Diana Reyes, dejó claro que ellos solo estaban cumpliendo con su chamba, pero sin papeles en regla, mejor se fueron antes de que la cosa se pusiera peor.