En el Congreso del Estado se armó la gorda cuando, con dos terceras partes de los votos, se aprobó que solo la lista de jueces siga en la elección para el Poder Judicial. Lo que nadie vio venir fue que, para lograrlo, se necesitaba un voto de Morena, y ahí fue donde Óscar Daniel Avitia decidió cambiar de bando y dar el sí, dejando a sus compañeros con cara de “qué transa”.
El movimiento no pasó desapercibido y entre pasillos no faltaron los reclamos y miradas de pocos amigos. “Gracias, Judas, siempre confié en ti”, le soltaron, recordándole que en la política, como en la vida, hay quienes venden su lealtad al mejor postor.